SINOPSIS:
Olivia es una chica dulce y simpática, pero tiene un pequeño problema: el sobrepeso.
Durante casi toda su vida ha sido una chica gordita, el hazmerreír del colegio y no solo a causa de su tamaño; ha pasado varios años luchando infatigablemente contra la báscula, tirando la toalla cada vez que un intento resultaba fallido y resignándose a vivir para siempre con todos sus kilos de más.
Hasta que una noche conoce a un chico especial que le da una nueva motivación para resolver su problema con la alimentación de una vez por todas y empezar a vivir su vida plenamente, empezando por cambiarse a sí misma y terminando con el proyecto de conquistar al chico en cuestión. Rodeada de unos amigos muy atentos, busca a una figura profesional que la ayude en su intento, sin saber que eso desbaratará sus planes para siempre.
Y justo cuando todo se cumple exactamente como lo había soñado, se dará cuenta de que el destino es irónico y caprichoso y que a veces, cuando los deseos se cumplen, no se es tan feliz como esperábamos, sobre todo si mientras tanto esos deseos han cambiado, trastornados por un huracán alto y rubio difícil de ignorar…
OPINION:
Es una novela romántica
contemporánea en la que, al menos para mí, el tema principal no es el romance;
creo que en este caso la autora se centra muchísimo más en problemas de peso,
por decirlo de alguna forma, ya que nuestra protagonista femenina (Olly) padece
de sobrepeso.
El tener problemas de peso, no
tanto por malos hábitos alimenticios sino más bien por dificultades o problemas
nerviosos/psicológicos me pareció bastante interesante e innovador. En una
mayoría importante de las novelas en que se tratan estos problemas de peso, nos
encontramos con protagonistas anoréxicas o bulímicas, cuyo problema nace en una
cuestión más bien estética. Sin embargo, en el caso de Olivia, su problema con
la comida estriba en los nervios que le producen ciertas situaciones, sobre
todo, el estrés al que la tiene sometida su madre.
No conseguí entender a esta
mujer; si bien es cierto que está acostumbrada a otros estándares físicos (pues
está metida en el mundillo de la moda y eso), no considero que esto sirva de
excusa para tratar a su hija como lo hace. La primera conversación que como lector
presencias entre Olivia y su madre me revolvió el estómago la verdad…No creo
que yo pudiese ser capaz de poner buena cara y darme la vuelta ante las cosas
que su propia madre le dijo!! & entiendo perfectamente que Olivia tenga muy
poca autoestima; cuando ni en tu casa te apoyan que se puede esperar del
resto…?
“Como
de costumbre, los pasos de mi madre me dan una especie de ansia; noto cómo el
estómago se contrae, ahora me dirá algo y normalmente no es nada agradable.
Trago saliva”
Algo que sorprendentemente me
gustó es que en esta novela salen bastantes personajes… no se llega a
profundizar demasiado en la mayoría de ellos, pero aun así creo que claramente
podrían agruparse en dos puntos de vista completamente diferentes. Por un lado,
los que piensan que el físico es fundamental, por no decir que es lo más
importante, y del otro lado, los que pueden apreciar a nuestra protagonista sin
importarles el sobrepeso que padece. Creo que en la vida real esto es
exactamente igual… o estás en un grupo o estás en el otro, no son compatibles.
Lo que sí me parece posible es
que aparezca alguien que te haga cambiar un poco de opinión… Este podría ser el
caso de nuestro play boy favorito, Nick. Y es que después del desplante que
tuvo uno de sus ligues con Olivia, y de la “reprimenda” que esta última le echó
después, parece que Nick escarmentó un poquito y comenzó a ver las cosas con
algo más de perspectiva y profundidad. Pero solo un poco eh… tampoco os
creáis!.
“Yo quiero cambiar, y no se puede cambiar si
se siguen haciendo las mismas cosas y si se reacciona siempre de la misma
manera”
Por suerte y a pesar de todo
esto, Olivia va viendo poco a poco la luz gracias a su maravilloso entrenador
personal, Andrea (Alias: Dios del sol) jajajaja
La verdad es que este personaje
me conquistó desde el minuto uno; un tío que es guapísimo y que no se lo tiene
para nada creído, que se lo ha currado y le apasiona lo que hace, que es tan
agradable y educado con todo el mundo…
Tú
que eres pálida luz
Eres
dulces espinas
Vulnerable
fuerza
Eres
doliente belleza
Pero claro, no es oro todo lo que
reluce y esto también tenía que ser aplicable a nuestro querido Andrea. Por qué digo esto? Bueno, obviamente no me
gustó nada su forma de actuar en ciertas ocasiones; puedo entender que nuestra
Olly es mucha Olly, pero ello no es óbice para que él se “escude” de la forma
en que lo hizo (una y otra vez, una y otra vez…) y mucho menos para que le den
esos ramalazos de psicópata (cuando lo leáis entenderéis a que me refiero).
& por si esto no fuera suficiente, la autora nos deja una última perlita
para el final del libro… No me lo esperaba y se me hizo un poco desagradable la
verdad = S
Sin embargo me enamoró por
completo el epilogo. Creo que fue una idea muy inteligente por parte de la
autora el decidir que el epilogo sea narrado por el protagonista masculino; es
una buena forma de saber (un poco mejor)
como piensa y siente Andrea.
Otra cosa que me pareció bastante
“original” de esta novela es que no solo se ve el problema de la apariencia
física y los prejuicios de la sociedad en la figura de nuestra protagonista
femenina, Olivia; sino que también nuestro protagonista masculino se ve
envuelto en problemas de este tipo, aunque por razones muy diferentes. Son, en
realidad, las dos caras de una misma moneda: Olivia tiene problemas de peso por
lo que la gente “tiende a reírse de ella”, y a Andrea lo “infravaloran”
pensando que quizás no haya más a parte de un físico espectacular.
En muchas ocasiones, sobre todo
en el caso de las mujeres, las cosas cambian mucho dependiendo de tu aspecto
físico, llegando al extremo de conseguir un trabajo solo por ser más
guapa/atractiva aunque esté menos preparada académicamente hablando. Esto es
algo que pueden llegar a pensar no pocas personas… así por ejemplo, en el caso
de nuestro querido Andrea, es posible que muchos se planteen si consigue las
cosas únicamente por su físico o por estar o no realmente preparado.
El propio Andrea apunta que a
veces se siente un poco como si fuera solamente un envoltorio, como si la gente
no viese que hay algo más a parte de su apariencia física (que las chicas
únicamente se le acercan porque es guapo) etc, etc.
Me parece una putada
tremenda; pero me ha gustado que por una vez se aprecie esto en la figura de un
hombre y no perpetuar mas según que estereotipos que favorecen el machismo.
Pero claro, no todo podía ser
perfecto y maravilloso así que ahí van un par de cositas que no me han gustado o que no me convencieron
del todo:
1. En algunos momentos la autora
se expresa de una forma un poco rara… no sé si quizás esto sea cosa mía pero
hay frases o expresiones que no acababa de entender muy bien (aunque esto no me
molestó realmente, solo era un apunte)
2. Lo que desde luego no me gustó
ni convenció para nada fue la “excusa” (porque para mí no es más que eso) que
la madre de Olivia da en un momento dado para justificar su comportamiento para
con su hija. Lo siento, pero NO! Puede que Olivia se emocionase y lo entendiese
todo pero yo no conseguí empatizar para nada…
Comprendo que lo que le pasó a
esta señora no fue agradable, eso desde luego, pero creo que poco tenía que ver
con la forma en la que se comportaba con su hija. Esa forma de hablarle, de
decir las cosas, no era ni medio normal… para mí resultaba más que evidente que
actuando así no iba a llegar a su hija y hacer que se produjese un cambio en
ella. & además, si realmente esa era su intención y ella perfectamente
estaba viendo que no funcionaba, porque continuar por el mismo camino durante
AÑOS?? Si una cosa no funciona cambias a otra, no te empecinas como ella lo
hizo…
UF NO!! Esto me cabreó
sobremanera de verdad os lo digo… y que la prota la perdonase así sin más…
enfin!!!
Tal
vez hay diferentes formas de reaccionar a las experiencias y esta es la que tú
has elegido
3. La relación romántica de los
protagonistas:
¡Dios
Mío! ¡Eres un erizo!
¡Un
puerco espín! ¡Un cactus!
¡Llena
de púas, y de espinas, y uno se pincha continuamente contigo!
Me gustó bastante en el sentido
de que no fuera apresurada (como suele pasar en muchas otras novelas hoy en
día); la escritora se tomó su tiempo para que los personajes se conocieran y
desarrollaran poco a poco sentimientos uno hacia el otro. Se contaban sus
“secretos” más íntimos o aquello que no querían confesar ante nadie más, se
comportaban con naturalidad uno ante el otro…
Peeeero, muy a mi pesar, no pude
acabar de creérmelo totalmente; supongo que los prejuicios y la sociedad, tal y
como están hoy en día, hacen que sea un poco complicado el creer que un tipo
guapísimo (un adonis total) vaya a caer rendido a los pies de una chica que
padece sobrepeso. No me entendáis mal, me ha gustado leerlo y me gustaría que en
la vida real también fuera posible, pero francamente lo veo poco plausible… Eso
fue lo que me echó un poco para atrás en este aspecto. Demasiado idílico…
¿Qué pensáis vosotros? ¿Creeis
factible una relación tan dispar, al menos en un principio?
Love...
S!
Pues no tiene mala pinta el libro por lo que dices, además parece diferente (empezando por la protagonista), para salir un poco de la monotonía, y me intriga la relación con la madre...
ResponderEliminar¡Me lo apunto! Gracias por la reseña.
¡Un beso!
Cristina.